El año 1958 inicio para Venezuela de forma muy tumultuosa,
justo a penas horas de haber recibido el feliz año, la nación se vio envuelta
en una escaramuza aérea que buscaba derrocar al General Marcos Pérez Jiménez
que ejercía un gobierno de corte dictatorial hasta el momento. Este tipo de
sucesos siempre plasman historias de diversos tipos, que diversos protagonistas
llevan a cabo y resulta sumamente interesante conocerlas y preservarlas para la
historia. Hoy en esta entrada de Pista Libre traemos un interesante relato del General Luis León Viana Lamas, quien participo
como piloto en la intentona golpista de inicios del 58, decidimos publicar su
relato cuando se cumplen 57 años de aquella batalla aérea sobre la capital, el
relato del Gral. Viana se publica tal cual, sin modificaciones de algún tipo,
pero antes una breve reseña histórica de los hechos y el contexto que fueron catalizadores
de esta intentona.
El contexto
Es necesario entender el contexto en que se suscitó el golpe
del 1 de enero de 1958 y que días después desemboco en el derrocamiento del
General Pérez Jiménez, y para ello deben conocerse algunos hechos anteriores al
23 de enero.
Pérez Jiménez ejercía un gobierno dictatorial sobre Venezuela
desde 1950, la dureza del régimen no era de mucha simpatía para los sectores de
la oposición venezolana, sin embargo es de hacer notar que a pesar de eso, el
gobierno contaba con un importante apoyo popular. No obstante hechos como el
ocurrido en noviembre de 1957, cuando el General Pérez Jiménez le comunica al
Congreso de la República la intención de no convocar a las elecciones generales
que estaban establecidas en la constitución en 1953 (que había aprobado su
mismo gobierno) y celebrándose en su
lugar un plebiscito (o referéndum) el 15 de diciembre de 1957, en el cual solo
preguntaba al pueblo si deseaba que el actual gobierno permaneciera en el poder
o no, desencadenaron una serie de eventos socio políticos que jugaron en contra
del régimen.
Aunque los resultados del plebiscito fueron favorables al
Gobierno, la oposición no los aceptó por considerarlos anticonstitucionales y
fraudulentos. Éste plebiscito, sumado al descontento de varios sectores
institucionalistas en el seno de las Fuerzas Armadas, cansados de observar cómo
la Seguridad Nacional (la policía política del régimen) cada día actuaba de
forma más represiva, sirvió como punto de partida a los hechos que
desencadenaron el derrocamiento de Pérez Jiménez.
Un piloto al lado de un Dh Vampire |
El 1º de enero de 1958, en un intento de Golpe de Estado,
varios aviones de la Fuerza Aerea Venezolana surcaron el cielo de Caracas, con
la intención de bombardear al palacio de gobierno nacional (Miraflores). El
movimiento encabezado por el Teniente Coronel Hugo Trejo, contó con la
participación de una gran parte de las guarniciones de Caracas y Maracay, pero
fue controlado por el Gobierno Nacional, deteniendo a sus principales
cabecillas. Sin embargo, la intentona golpista evidenció la profundidad del
descontento en las Fuerzas Armadas, generando una crisis en la dictadura, que
obligó a Pérez Jiménez a realizar 2 cambios sucesivos de gabinete, los días 10
y 13 de enero de 1958. La intentona además fue aprovechada por diferentes
sectores del país (economistas, empresarios, periodistas, ingenieros, médicos,
federaciones de obreros, estudiantes, etc.) para declarar abiertamente su
oposición al gobierno, lo que a su vez sirvió a la Junta Patriótica (una
coalición de partidos de oposición al Gobierno) para llamar a un paro nacional
para el día 21 de enero. Si bien hubo enfrentamientos con las Fuerzas del
Gobierno, el paro fue exitoso. En la madrugada del 22, la Marina de Guerra y la
Guarnición de Caracas se declararon en contra del Gobierno, lo que ocasionó que
el 23 de enero, en horas de la madrugada, el General Marcos Pérez Jiménez junto
a sus familiares y algunos amigos cercanos, abandonaran el país en el avión
presidencial Douglas C-54 “La vaca sagrada”, con destino a Santo Domingo, República
Dominicana.
El derrocamiento del General Marcos Pérez Jiménez puso fin a
la última dictadura en Venezuela, iniciándose un nuevo ciclo democrático en el
país.
A continuación el relato del Gral. Luis León Viana Lamas
Imagen histórica de un periódico local, muestra dos Dh Venom volando en formación, realizando un rasante sobre Caracas el 1 de enero de 1958 |
El día 1ero. de Enero de 1958, a las 06:00 hrs. fui designado por el propio Mayor Nestor Rodriguez, Comandante del escuadrón de Caza Nro. 34 para que de inmediato me alistara a acompañarlo a realizar junto con él, un vuelo de dos aviones DH Venom, cuya finalidad supe cuando llegamos y sobrevolamos en distintas direcciones la Ciudad de Caracas, a una altura de 20.000 pies, para luego regresar a la Base Aérea El Libertador, la misma Base donde habíamos decolado horas antes para cumplir esta misión.
A las 14:00 hrs. de ese mismo día, me notifican nuevamente que iba a participar en otro vuelo sobre Caracas, pero esta vez en una formación de tres aviones. De líder iba el Tte. Carlos Raul Paiva Paiva, de gregario izquierdo el Stte. Hipolito Ottamendi y yo de gregario derecho. Los detalles previos al vuelo fueron: "Están disparando con artillería antiaérea a las aeronaves que sobre vuelan el área de Caracas, por lo tanto debemos actuar con cautela volando en formación abierta"
A las 15:00 hrs. con los aviones listos y armados, la señalada formación estaba decolando hacia la capital, donde volamos en primer lugar hacia Maiquetía, donde en vuelo rasante llegamos cerca de Cabo Codera, para luego regresar al punto inicial y tomar dirección hacia el Callejón de Tacagua. Ya rumbo hacia Caracas en formación abierta y a 400 kts., nos dirigimos en dirección a las Torres del Silencio. Manteniendo la formación prevista y velocidad establecida, nos fuimos acercando de manera rasante a las torres, y una vez bastante próximos al lugar, el líder inicia un viraje fuerte a la derecha, lo cual me hace maniobrar perdiendo mucha velocidad y a la vez representando un amplio blanco para la artillería antiaérea que logra impactarme a mí en el plano izquierdo, provocando una ligera desestabilización del vuelo y un intensa fuga de combustible. Escucho por radio que el gregario izquierdo, el Stte. Ottamendi, informa al líder que me han impactado.
Ante este grave acontecer, continuo mi vuelo hacia Maiquetía, advocándome a buscar salvación ante la emergencia que vivía. En primer lugar, la intensa perdida de combustible me hacía pensar que la Base Aérea El Libertador, aunque lugar seguro, me estaba distante como para conducir la aeronave hacia ese rumbo; estaba más cerca Maiquetía; en consecuencia opte por continuar en esa dirección. Próximo al referido aeropuerto, establecí altura de 3.000 pies, dirección Oeste-Este sobre la cabecera de la pista, realizando un rompimiento por la izquierda. Ya en paralela, hice los procedimientos para el aterrizaje, vire a final para sacar flaps pero noto que la velocidad esta alta, 200 kts. No queriendo reducir potencia, opto por abortar. Subo tren y flaps, y continuo hacia el Puerto de La Guaira, me regreso para intentar aterrizar esta vez Este-Oeste, preparo al avión para un final largo, con tren abajo, aguanto los flaps, un poco más adelante los bajo, pero la velocidad seguía indicando 200 kts. Ya cerca de cabecera de pista, resuelvo irme al aire otra vez. Realizo otra vez el procedimiento, tomando una altura de 3.000 pies, me incorporo a la paralela para intentar aterrizar esta vez Oeste-Este.
Estando todo preparado en final para reintentar aterrizar y viendo la misma situación con la velocidad, hice un cálculo apropiado para apagar el motor y aterrizar en esas condiciones. Finalmente logro aterrizar y me detengo a la mitad de la pista, hacia un lado derecho. Descendí del avión y en tierra pude observar un avión Beech AT-11 aproximándoseme de frente, para repentinamente abortar y posiblemente regresar a El Libertador. Posteriormente supe que el piloto de esa aeronave era el Tte. Carreño Flores.
Después de todo esto y aun en plena pista, se presentaron varias unidades militares para proceder a mi detención para finalmente estar preso en el mismísimo Palacio de Miraflores, lugar que horas antes intentamos atacar. Después de una corta entrevista con el Gral. Marcos Pérez Jiménez, este ordeno que nos enviaran a mí y a otros pilotos detenidos, a la azotea para ver si la Fuerza Aérea se atrevía a bombardearlo.
Ya fuera de cárcel, el 28 de Enero de 1958 y libre, me fui a Maracay para presentarme a mi Unidad, donde entre saludos y otros acontecimientos, hay uno muy particular porque se relaciona con el aterrizaje en Maiquetía. Resulta que el ST2 Vargas, encargado de la línea de vuelo, reviso el avión y me pregunto si había tenido en cuenta que las indicaciones de velocidad y altura no eran confiables por los daños sufridos en el tubo pitot por los impactos recibidos, a los cual le respondí que en ningún momento llegue a imaginar que las indicaciones instrumentales previas al aterrizaje eran erradas. Agregándole que gracia a Dios todo salió bien, también le dije que había actuado igualmente apegado a lo que constantemente me habían enseñado mis instructores de vuelo, que "En el trafico, potencia, velocidad y altura, mantienen la dentadura"
Escrito por: Gral. Luis León Viana Lamas Promoción "Stte. José Urbano Soto Pérez" 1957
Epilogo
Luis Viana fue uno de los varios pilotos quienes atacaron Miraflores
aquel inicio de año de 1958, su historia, su vivencia, su experiencia queda
para la posteridad, para el estudio y el debate de muchos amantes, fanáticos y
entusiastas de la aviación. El relato antes expuesto, forma parte de la
amalgama de situaciones individuales que dieron vida al suceso, interesante por
si sola, como lo es el conjunto total, hoy cuando se cumple un aniversario más
de estos hechos históricos, procuramos rescatar esas experiencias individuales,
e ir mas allá de lo que nos cuentan los libros.
Hasta una próxima oportunidad.
Escrito por:
Daniel Flores (“TRUCO”)
Presidente de Aviamil
Nota: un agradecimiento al Sr. Freddy Pedrique por compartir este relato con todos los entusiastas de la aviación.
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