lunes, 12 de enero de 2015

#Opinión: El factor humano en la inspección de helicópteros


Al pasar los años, en mi carrera en aviación me he dado cuenta que a menudo dependemos de estas redes de seguridad. Como Técnico Aeronáutico de Aeronaves tengo la mayor responsabilidad de estar completamente seguro con el helicóptero al cual doy mantenimiento y/o vaya a volar este  en óptimas condiciones para su uso. Esto significa que cuando doy mantenimiento al helicóptero debo asegurarme que el trabajo se haga basado en las instrucciones publicadas y que cuando los controles de vuelo hayan sido afectados durante el mantenimiento un segundo par de ojos verifique (inspección dual) que todo está bien antes que se llenen las bitácoras técnicas y que el helicóptero salga a volar.

De la misma forma, el piloto debe asegurarse que el cotejo pre-vuelo se haya llevado a cabo y que se adhiere a la lista de verificación durante las operaciones del helicóptero.

Cuando entregue este borrador al editor, a pesar de que me conoce y tiene cierta confianza en mi habilidad para escribir, el revisará mi escrito y dará sus críticas a mi documento para asegurar que al final el trabajo efectuado este dentro de las normas de publicación de esta pagina web. ¿Tomamos la misma actitud cuando revisamos el trabajo de algún colega o simplemente tendemos a pensar en lo bueno que es y como nunca comete errores?


Hace tiempo me sorprendí mucho al leer un caso de un helicóptero Bell Ranger 206 donde se le había realizado algunas inspecciones entre ellas al rotor principal. El día del vuelo de prueba el piloto en su pre-vuelo le pareció estar todo bien. El piloto tenía mucha prisa por realizar este vuelo de comprobación para poder realizar otro vuelo pendiente así que salir al aire y certificar la nave era lo primordial. Llego el grito de "Libre", palabra para anunciar la puesta en marcha de los motores y que nadie por ningún motivo puede estar cerca del rotor de cola. 

Después del 58% de n1 (velocidad de gas), ya la maquina completamente encendida el piloto y mecánicos afinan los pasos para llevar el helicóptero al aire, después de unos minutos y viendo que temperaturas y presiones estaban óptimas comienzan el vuelo.

Luego de 3 minutos de vuelo, lamentablemente, el rotor principal se desprende por completo de la aeronave teniendo como resultado la muerte de su piloto de pruebas y uno de sus mejores técnicos; Durante las averiguaciones y recolección de evidencia encontraron que la turca de sujeción del rotor principal conocida como "Tuerca de Jesús" por su forma de corona no estaban en el lugar del accidente. Las autoridades se preguntaron ¿Dónde está la tuerca y porque no estaba en la aeronave? 


Días después en el taller de componentes encontraron la respuesta de aquella pregunta, la tuerca se encontraba en el taller de componente identificada con las siglas de la aeronave y por alguna razón aquel técnico en el que confiaron porque tenía muchos años de experiencia se le olvido. Está claro que muchos profesionales experimentados estuvieron involucrados al lado del piloto y del mantenimiento para devolver la aeronave a servicio pero esta condición aun no fue encontrada.

Lo mismo podría decirse de la actitud que tomamos durante las inspecciones diarias previas al vuelo. ¿Estamos realmente buscando problemas en el helicopterito o es más confiable pensar que nunca nadie se daña?


Esta actitud juega un rol muy importante en el nivel de observación que llevamos a cabo durante las inspecciones de helicópteros. Recordemos que vidas humanas dependen de ello.

Escrito por:
Juan E. López A. (“Homero”).
Corresponsal Aviamil en Anzoategui / Monagas.
@lopezj0523

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